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SOBRE LA IMPORTANCIA DEL HARDCORE/PUNK


Discharge


 Entrada por cortesía de Tyler Gebar

 Si uno examina de cerca los fundamentos del death y el black metal, lo más probable es que note que la composición temática desciende directamente de compositores románticos como Bruckner, Brahms y Schumann. Sin embargo, hay otro género que ha ejercido una influencia fundamental en la estructura del metal extremo: el hardcore punk. Uno podría preguntarse cómo músicos tan firmemente vinculados al mundo clásico podrían haberse inspirado en el fango dogmático de la música punk, pero los aspectos del punk en el black y el death metal son extremadamente evidentes, en especial en el terreno del fraseo.

 Es de dominio público entre la mayoría de fans de la música punk que el hardcore punk tenía un objetivo externo que iba más allá que simplemente hacer música. Dicho objetivo era alienar por completo su estilo de música con respecto a la música cosmopolita insípida que dominaba las ondas de radio. Hay que preguntarse, sin embargo, qué intención se escondía tras esta meta, y qué esperaba lograr el hardcore punk a través de esta alienación.

 Durante la década de los ochenta hubo una gran obsesión con el "glam metal" hedonista (un término de marketing para el rock basado en la imagen). Esta música suponía el florecimiento completo de la generación del exceso engendrada por la generación hippie anterior. El igualitarismo propugnado por los hippies se transmitió a sus hijos en forma de actitud egocéntrica, para desconcierto de sus padres, a pesar de ser el egoísmo de sus vástagos producto de su propia ideología. Parece ser que la idea de promover la igualdad entre todos y la de que cada cual tuviera que ver sus deseos hechos realidad sin oposición ni crítica no tenían relación aparente a ojos de la hastiada contracultura de los setenta. La música reflejó esta actitud, fomentando la búsqueda de la gratificación inmediata como una senda viable en la vida. Después de todo, la guerra había terminado, una comunidad global veía la luz, y se había alcanzado un nivel tecnológico tan avanzado que el temor por la supervivencia había desaparecido. ¡Se podía hacer lo que uno quisiera! ¡No iba a hacerle daño a nadie!

 Los músicos de punk de la época sintieron esta pérdida de determinación, o pérdida de espíritu, si se prefiere. Aunque es posible que no siempre hayan sabido expresarse adecuadamente, reflejaron su deseo de clamar contra esta falta de conflicto y emoción en la vida creando música que ejemplificaba la brevedad de la vida del individuo sobre la tierra, y la explosividad de la guerra. Más que el punk que vino antes o después, el hardcore punk logró equilibrar una representación perfecta en el terreno musical. Su rechazo a comprometer la estructura de las canciones o la estética sonora permitió a sus músicos componer canciones más dinámicas, que si bien no alcanzaron el nivel clásico de utilización de varios temas para crear un viaje trascendente que se resuelve en una afirmación de la vida, sí se asemejaban a él en su deseo de dirigirse a los sentidos de otras personas a través del arte.

 Principalmente esto podía verse en la forma de utilizar los acordes. El principal ingrediente del hardcore era la quinta perfecta, o power chord, por su nombre común de entonces. Este acorde no implicaba una tonalidad mayor o menor (resultando por lo tanto "perfecto") independientemente del tono, a menos que se tocara una tercera (o muchos otros tonos) para acompañarlo. Lo que hizo este acorde fue permitir a los grupos de hardcore punk componer frases largas que no estuvieran inhibidas por la tonalidad. Los grupos de rock mainstream estaban en las antípodas de este estilo de composición, limitándose a emplear acordes abiertos, necesarios para permanecer dentro de su tono y con ello seguir agradando a la mayor audiencia posible. Junto con las restricciones tonales, los acordes se utilizaban a menudo como mero respaldo de la melodía vocal dominante, puesta de relieve para atraer la atención hacia unas letras que se deleitaban en la perspectiva egocéntrica del día, dando pie así a los deseos banales de la gente de hacer lo que le diera la gana, idea a la que se aferraban con pasión.

 Hablando de melodías vocales, el hardcore evitó el método popular de voz enérgica estilo blues, con base en el góspel, y en su lugar empleó gritos ásperos que quitaron protagonismo a la voz y al mismo tiempo hicieron que pasara a utilizarse como signo de exclamación rítmica para las lacónicas frases melódicas propinadas o rasgueadas con fluidez por los guitarristas.

 En términos de cadencia, las melodías interpretadas por las guitarras tenían por objeto resultar tan poco convencionales como fuera posible. Para lograr esto, los músicos de hardcore punk simplemente se negaron a componer nada que estuviera orientado rítmicamente, al no utilizar los golpes de tambor como guía. El rock, sin embargo, redujo la música a una función corporal, centrando la cadencia de los acordes en torno a patrones de batería constantes de 4 por 4 (fáciles de digerir, ya que el tiempo se dividía en frases simples de tres y cuatro compases), intercalados con aburridos rellenos que venían a ser simplemente vanas demostraciones de talento técnico. Los baterías de hardcore generalmente marcaban un “d-beat” (un ritmo a destiempo que a veces no variaba en toda la canción) o empleaban en ocasiones ritmos más convencionales junto a ocasionales ráfagas. Lo que esto hizo fue crear una sección rítmica que era más bien un tapiz de percusión para hacer resaltar la melodía, en oposición al tic-tac simplista en que se habían convertido casi todos los baterías de la época.

 No hay duda de que el metal adoptó esta forma de componer riffs, y se expandió a partir de ella para mostrar varios temas melódicos en cada canción, mientras que el punk a menudo desplegaba un solo tema principal de forma explosiva. A pesar de su naturaleza rápida e impactante, el hardcore punk ejerció una influencia muy relevante sobre las futuras generaciones de artistas que trataban de captar la noción de significado en este mundo, ya entonces en desuso. Por desgracia, los jóvenes de los suburbios, siempre en busca de una afirmación más radical para usarla como fuente de catarsis antes de ser asimilados por el agotador rigor moral de la sociedad moderna, convergieron rápidamente en la forma artística del hardcore. En poco tiempo, crearon un sonido estándar, sacando riffs poco imaginativos compuestos por power chords con intervalos de tercera, en un mero intento de sonar extremos, pero no hicieron uso alguno de dicho extremismo.

 A pesar de su desafortunado fallecimiento, el hardcore punk demostró que la rebelión juvenil en estado bruto a veces puede trascender sus orígenes, y su punto de vista quedó en cierto modo demostrado mediante su propia autodestrucción. La música probablemente fue de lo más hermoso y mejor compuesto que ha dado el punk como género, y lo más cercano al espíritu clásico del arte (aunque los propios artistas seguramente no fueran conscientes de ello). La impronta de aquellos grandes músicos permanecerá indeleble a través de los tiempos, ya que en una época en que la mayoría se contentaba con callar… el hardcore gritó a pleno pulmón.



"Lied to threatened cheated and deceived
Hear nothing see nothing say nothing
Led up garden paths and into blind alleys
Hear nothing see nothing say nothing"


"Nos mienten, amenazan, estafan y engañan
Sin oír, sin ver, sin hablar
Nos hacen cruzar jardines hasta callejones sin salida
Sin oír, sin ver, sin hablar"


Hear Nothing, See Nothing, Say Nothing, de Discharge





(traducción del artículo publicado en el Dark Legions Archive el 02.03.2009,
traducido por Friedrich [Dios_ha_muerto_fn (a) hotmail (.) com],
revisado y editado por Belisario)





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