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Los mejores discos de metal de 2021



 Fieles a la cita, aquí está nuestra selección de los mejores discos publicados durante el año que ahora termina. Los habituales ya saben cómo funciona esto: nada de clasificación numérica, de disco del año ni de división en múltiples categorías que compliquen innecesariamente la visión de conjunto de lo que ha sido 2021 en el ámbito del metal extremo. Esta vez no hay demasiadas sorpresas, porque de los 16 álbumes escogidos, la gran mayoría son discos ya reseñados en detalle durante los meses anteriores. En próximas fechas seguiremos explorando todo lo que se nos ha quedado por el camino, que no es poco.

 El gran aluvión de reseñas aparecidas durante el cuatro trimestre del año, debido entre otros motivos a los retrasos en las plantas de producción a nivel global, ha complicado no poco la tarea, pero lo cierto es que nunca hemos pretendido abarcar ni cubrir todo lo que sale, pese a que cada año consigamos escuchar cada vez más música (122 discos de 2021 hasta la fecha). Por ahora, nuestra humilde intención es presentar un resumen de todo lo que nos ha llamado la atención durante el año y cumple nuestro criterio de calidad siempre justificado, pero también personal e intransferible.

 En este año que llega ahora a su fin hemos asistido a una notable recuperación del black metal, un género que ha ido recobrando su pujanza en los últimos años después de mucho tiempo a la deriva, y que en esta ocasión constituye nada menos que la mitad de nuestra selección. El enfoque es más bien tradicionalista, pero desmarcándose de una u otra manera de lo obvio y redundante. El death metal se queda un poco atrás, lastrado aún por el corsé del revival old school que apareció como un necesario retorno al origen pero, como todas las modas, con el tiempo ha pasado a ser más un lastre que otra cosa.

 Como de costumbre, los demás géneros están menos representados, pero sus exponentes también se caracterizan por exhibir rasgos que los apartan de lo trillado y convencional y les permiten labrar su propio camino, probablemente el criterio que más valoramos a la hora de evaluar una nueva publicación. La mayoría de nuestros favoritos no inventa nada nuevo ni tampoco lo pretende, pero sí logra fraguar recombinaciones o interpretaciones propias de estilos consagrados que los hacen merecedores de elogio y atención.

 Nuestra línea editorial, por llamarla de algún modo, trata siempre de evitar tanto el metal redundante y nostálgico como las innovaciones y experimentaciones vanas con finalidad veladamente comercial, es decir, las dos corrientes que vertebran desde hace al menos una década el panorama del metal a nivel global, para centrarse en el selecto grupo que milita en la finísima línea que separa ambos campos. El lector juzgará si lo hemos conseguido, y si el esfuerzo ha merecido la pena.


Discos destacados de 2021


     

 Apostasy - Death Return (Fallen Temple) 

 En este su tercer disco completo hasta la fecha, los chilenos Apostasy dan un paso más en la trayectoria que los ha llevado desde unos inicios en un thrash/death típico de su escena nacional hasta un estilo propio recrudecido, enriquecido por influencias de estilos posteriores. Como grupo de la vieja escuela, sus raíces se remontan a las formaciones más intensas y agresivas del thrash metal de los años ochenta, pero donde el grupo realmente destaca no es tanto en el aspecto estilístico como en la cuidada construcción de sus canciones, cada una con una marcada personalidad. Llama también la atención la oscura malignidad que supura de todas ellas, que termina de dar un lavado de cara a la fórmula para llevarla a un nivel superior de intensidad y agilidad en lugar de limitarse a recrear el pasado.


     

 Dauþuz - Vom schwarzen Schmied (Amor Fati Productions) 

 Este grupo germano fascinado por la minería ha pergeñado una elaborada fusión entre los métodos de composición de Summoning, el deje folk romántico de Empyrium y el sonido del black metal melódico más luminoso, y se sirve de todas sus influencias para crear algo mayor y distinto a la suma de las partes. Sus músicos ponen gran cuidado en todos los detalles, consiguiendo que todos los instrumentos, voces, coros y hasta recitados en alemán suenen bien, en un disco extremadamente largo que se hace ligero gracias a sus variados interludios y partes diferenciadas. En esencia Dauþuz no inventa nada, e incluso su enfoque resulta un tanto acomodaticio en algunos aspectos, pero la recombinación de elementos está tan lograda y el tono épico es tan convincente que consigue deslumbrar y emocionar de principio a fin.


     

 Demoniac - So It Goes (Edged Circle Productions) 

 Nuestra segunda entrada de un grupo chileno corresponde a una formación mucho más joven y heterodoxa que Apostasy, con un blackened thrash metal canalizado hacia terrenos más ambiciosos y menos explorados. Sus largas melodías de inspiración neoclásica, empleadas a modo de motivos, y sus espectaculares solos respaldados por una sobresaliente maestría técnica sirven a Demoniac para combinar la agresividad del thrash con estructuras más ambiciosas e inusuales que van más allá de lo habitual. Hay partes contemplativas y hasta ensimismadas, pero lo esencial es cómo esta formación se sirve de un estilo canónico para construir un universo propio que habla un idioma nuevo y diferente. (Aparecido originalmente a finales de 2020, este disco se editó en condiciones a principios del año en curso, lo que nos permite incluirlo en esta lista y evitar que pase desaparecido).


     

 Drawn and Quartered - Congregation Pestilence (Krucyator Productions) 

 Drawn and Quartered están de vuelta con otro álbum en la misma línea tradicionalista que no solamente añade variación y evolución, sino que tal vez sea el mejor que han sacado hasta la fecha. Desde sus inicios más bastos y caóticos, el grupo ha aprendido a alternar los asaltos frontales con sutiles cambios de ritmo, y a variar las estructuras hasta obtener canciones totalmente individualizadas, depurando la fórmula disco tras disco. Su death metal cromático pesado y agresivo esconde un funcionamiento interno por medio de pequeñas melodías sencillas que convergen entre sí, repitiéndose varias veces con ligeros cambios de forma, e incorporando recursos muy dispares que no solamente agradan al oído sino que también aportan la frescura de la novedad. Queda claro que estos músicos no se duermen en los laureles, y compiten exclusivamente consigo mismos por lograr una realización más rica, firme y completa de su propia visión.


     

 Empyrium - Über den Sternen (Prophecy Productions) 

 La mítica formación francona publica nuevo álbum que supone un retorno a su sonido más característico, el que mezclaba la distorsión metalera con su elegante faceta neoclásica en una fórmula fluida y sugerente de metal folk/sinfónico. Con una instrumentación y unos arreglos cuidados al milímetro, estos temas variados y dispares son reflejo de la asombrosa habilidad del grupo para hilvanar pasajes muy distintos entre sí dentro de una misma canción de forma natural, generando un contraste complejo y lleno de riqueza. Über den Sternen revitaliza el espíritu de sus grabaciones más antiguas, mejorando el sonido y el acabado, y haciendo gala de la misma pasión romántica que siempre ha servido de inspiración al grupo. Tal vez este sea su mejor álbum de estudio hasta la fecha, no por incluir sus mejores canciones, pero sí por exhibir y combinar sus virtudes de la mejor manera posible.


     

 Espiritismo - Fragmentos de mundos paralelos (Sons of Hell Prod.) 

 Decididos a no repetirse, los argentinos Espiritismo regresan con un nuevo álbum que constituye todo un avance en términos expresivos y de concisión. Pese a seguir cultivando el mismo raw black metal tradicionalista con el que siempre han trabajado, estas nuevas composiciones son más breves y sobre todo más variadas, adoptando formas muy dispares sin comprometer nunca la cohesión global, todo ello en aras de un mayor impacto y expresividad en su exploración del universo místico y sobrenatural. La batería y las invocaciones de la voz suenan más feroces y potentes que nunca, y los numerosos cambios de ritmo y de atmósfera hacen que cada tema sea una experiencia distinta y completa. Estos músicos veteranos siguen puliendo y perfeccionando su fórmula en lugar de permanecer cómodamente dentro de sus confines, y el resultado sorprende y deslumbra.


     

 Genuflexión - Padre de todos los abismos (Sons of Hell Prod.) 

 Este grupo relativamente reciente, pero integrado por veteranos de la escena de Buenos Aires, nos ofrece un tercer álbum en la misma línea que los anteriores pero más depurado, caracterizado por una singular combinación de factores que mezcla un black metal maduro y conservador con un marcado énfasis en la melodía y una visión impregnada de un intenso misticismo. Dotadas de una distorsión muy suave, las guitarras eléctricas suenan mucho más sugerentes que agresivas, y están respaldadas por guitarras acústicas que hacen que el conjunto se asemeje a un discurrir lánguido distinto del black metal más convencional por su inventiva formal y exacerbada sensibilidad melódica, pero sin llegar a ser blando ni meloso. Dentro de un estilo más bien clasicista, Genuflexión sabe introducir suficiente novedad en su sonido como para ofrecer algo diferente, que seduce y llama la atención.


     

 Kaeck - Het Zwarte Dictaat (Folter Records) 

 Seis años después de un disco debut para el que tuvimos palabras muy positivas, este grupo neerlandés vuelve con un segundo álbum tras un cambio de personal que ha afectado notablemente a la dirección musical. Het Zwarte Dictaat es mucho más robusto y áspero que su predecesor, pero no pierde del todo su faceta melódica, aunque lo más señalado sigue siendo la efectiva disposición estructural, construida como una serie de placas tectónicas con transiciones entre ellas que parecen abruptas pero cobran sentido al observarlas en conjunto. Lo que Kaeck nos presenta aquí es un war metal enriquecido con métodos e influencias del black metal más antiguo, consiguiendo sacar partido a todas las características básicas de ese subgénero de una manera tan plena y eficaz como casi no se había visto hasta la fecha.


     

 Lycopolis - Viper Land (Depressive Illusions Records) 

 Desde un lugar tan improbable como Egipto surge este grupo reciente que mezcla el primer raw black metal de la escena francesa y polaca con un orientalismo exacerbado en las formas y el contenido, desmarcándose así de lo convencional dentro de dicha corriente de metal negro. Sus estructuras son por lo general bastante simples, con sencillas variaciones de velocidad y ritmo, pero el conjunto funciona por los brillantes riffs melódicos de resonancias árabes, la lograda atmósfera oscura y un aura ritual muy inspiradora y convincente. El gran acierto de estos temas es incluir como parte integrante de las composiciones todas esas melodías y motivos que en otros grupos solamente se escuchan en interludios aislados, fusionándolos con el componente metálico en un perfecto equilibrio que resulta contundente y evocador a un tiempo.


     

 Mefitis - Offscourings (Hessian Firm) 

 Poco más de un año después de su espectacular debut, en el que fraguaron un estilo propio mezcla de géneros extremos, que el grupo designa sucinta y acertadamente como dark metal, los californianos Mefitis están de vuelta con un nuevo álbum tan impresionante como el primero, si no más. En este disco se emplean muchas de las técnicas y elementos estilísticos del anterior, pero utilizados de manera más dispersa y concreta, presentando una mayor diversidad entre las canciones y dentro de cada una de ellas, con un nivel de detalle sencillamente abrumador. A todas luces, el grupo ha optado por no dormirse en los laureles y partir a la conquista de algo nuevo, forzando los límites estilísticos para incorporar influencias adicionales cuya inclusión resulta muy natural, en pos de algo más original, amplio y distintivo con lo que los fans del metal llevábamos lustros soñando.


     

 Morticula Rex - Autumnal Rites (Satanath Records) 

 Desde Sicilia nos llega el segundo disco de esta formación de death/doom que fusiona los ambientes cadenciosos y envolventes de Hooded Menace con la teatralidad romántica y feroz de Mortuary Drape y el enfoque vocal variado y excesivo de unos Moonspell. Evitando florituras excesivas gracias a una elevada coherencia estilística y garantizando el contrapunto áspero mediante la disposición regular de riffs sólidos y eficaces, Morticula Rex consigue un equilibrio perfecto entre una oscuridad que busca sugerir y el lado menos amable y más peligroso de la noche que parece inspirar a sus creadores. El grupo logra darle una vuelta de tuerca al sonido death/doom melódico más establecido para convertirlo en algo nuevo y personal, sin renunciar a un puntito de excentricidad italiana bien entendida que termina de redondear su indudable atractivo.


     

 Polemicist - Return of the Sophist (Hessian Firm) 

 Tras un fantástico disco debut, esta formación de Philadelphia nos trae un segundo álbum que no rompe con la fórmula de su predecesor, pero parte de ella para abarcar más territorio. Su música sigue siendo black metal melódico de frases largas, aderezado con una producción suave y cálida, pero desde el primer momento se percibe un nuevo esfuerzo por reducir a un mínimo la repetición y buscar la máxima concisión, manteniendo suficiente espacio para que el conjunto pueda respirar. La abrumadora densidad de contenido y la profusión de arreglos y detalles hacen que cada segmento sea único, lo que redunda en una magnífica impresión global en la que la magia reside en las melodías, los contrastes y los numerosos vaivenes de la narración. Polemicist ha profundizado en su propio lenguaje hasta extraer lo mejor que tiene para ofrecer, y este impresionante álbum es la prueba de ello.


     

 Psionic Madness - Mortality Salience (Vargheist Records) 

 He aquí una formación que parece salir de la nada pero cuenta a todas luces con músicos excelentes, que abordan el formato death/grindcore con apertura de miras y espíritu creativo, logrando un impactante resultado. Este debut emplea breves frases melódicas que contrastan con los riffs disonantes y los constantes cambios de ritmo para crear canciones que despliegan todo un desarrollo narrativo sólido y distintivo pese a su notable brevedad. El dinamismo de la propuesta y la producción espaciosa, pese a ser casera, alejan cualquier atisbo de monotonía o reiteración, dotando de gran contenido e interés a un subestilo menor que no suele ofrecer impresiones demasiado duraderas.


     

 Qrixkuor - Poison Palinopsia (Dark Descent Records) 

 Cinco años después de su EP inicial y tras un proceso de recomposición, esta entidad de extraño nombre vuelve a surgir con un álbum debut caracterizado por una sólida complejidad estructural, un cuidado minucioso puesto en cada detalle y una meridiana claridad de visión. Situado en el extremo de la fina línea que separa black y death metal, Poison Palinopsia bebe en igual medida de la intensidad de Teitanblood y la compacta complejidad de Dead Congregation para explayarse en música disonante de lento desarrollo, que pasa por largas fases de ritmos pausados y potentes antes de desatar toda la violencia que lleva dentro. La inusual estructura es significativa, ya que el disco está organizado en torno a dos larguísimos temas de 24 minutos de duración que son sendos viajes por el interior oscuro de la psique humana, a través de paisajes aterradoramente nítidos y detallados, descendiendo en círculos concéntricos por el abismo de la locura.


     

 Skepticism - Companion (Svart Records) 

 Tras la decepción que supuso su anterior publicación, Skepticism recupera la forma con un disco más sólido y completo, a la altura de lo mejor de su discografía. Paradójicamente este tal vez sea su álbum más accesible, con melodías definidas y memorables, instrumentos que se oyen con gran nitidez y formas relativamente convencionales, pero todo ello dista de ser negativo, ya que se combina para ejercer una atracción profunda y emocional altamente efectiva. En Companion encontramos un grupo en la plenitud de su arte, que nos brinda himnos sentidos y melancólicos como sólo puede ofrecerlos uno de los creadores y máximos exponentes del subgénero funeral doom.


     

 Yoth Iria - As the Flame Withers (Pagan Records) 

 Este es uno de los discos más esperados del año, y no sin razón, ya que supone el retorno de Jim Mutilator (exmiembro de Rotting Christ y Varathron) a la escena del metal, pilotando esta vez su propio proyecto. Yoth Iria se remonta a la fórmula del Non Serviam para desarrollar un formato de riffs melódicos muy heavies y marcada solemnidad, al estilo griego canónico. Las canciones suenan potentes y pausadas, y pese a presentar estructuras más bien convencionales y una producción moderna excesivamente saturada, muestran escasa repetición y un grado de composición altamente depurado que consigue que no se hagan redundantes ni genéricas. La mejor baza de este álbum es que logra engendrar un estilo propio que no está sometido del todo a las referencias palpables, dando como resultado una clara obra de madurez que no inventa nada pero reorganiza muy bien un estilo antiguo para crear nueva música que pueda disfrutarse como algo nuevo y distinto.



Mención especial



 Goatcraft - Sic Transit Gloria Mundi (I, Voidhanger Records) 

 El quinto y al parecer último disco de este proyecto de neoclasicismo oscuro o “necroclasicismo” es un álbum que suena menos dark ambient que los anteriores, ya que bebe más de Dead Can Dance y de los primeros discos con sintetizador de Burzum, también inspirados a su vez por Dead Can Dance. Los distintos temas, breves y concisos, pintan paisajes llenos de tensión y poesía en los que la melodía suele terminar por abrirse camino, resolviendo el planteamiento pero sin llegar a agotarlo nunca. El gran mérito de esta música es que, sin ser metal de por sí, consigue plasmar por medios muy distintos la verdadera esencia del género, expresando el mismo poder, el espíritu trágico y la veneración por lo antiguo exclusivamente a través de los teclados como casi ningún otro artista ha logrado hacer hasta la fecha.



Discos dignos de mención


 Archgoat - Worship the Eternal Darkness (Debemur Morti Productions) 

 Uno podría pensar que este grupo saca una y otra vez el mismo disco cada pocos años, pero eso sería no fijarse en los detalles y obviar lo más importante. Aunque la fórmula de base sea siempre un black metal primitivo, cadencioso y sombrío, cada nuevo título aporta experimentaciones con distintos ritmos, influencias y estructuras de canciones, logrando una variedad considerable y, lo que es aún más destacable, una frescura permanente a pesar de lo trillado del formato. Los riffs graves de guitarra y los tecladitos inquietantes de siempre están ahí, pero a ellos se añaden solos de guitarra inesperados e inusuales, y ritmos tan variados como el carácter de cada pista. Este nuevo álbum tal vez no sea tan redondo como su predecesor (The Luciferian Crown, 2018), pero es otro ejemplo del buen hacer de un grupo clásico que resiste bien a la estagnación pese a seguir siendo fiel a sí mismo.


 Baxaxaxa - Catacomb Cult (The Sinister Flame) 

 Quien suscribe no tenía muy claro que un larga duración de este grupo viejo y nuevo al mismo tiempo no resultara estilísticamente limitado y excesivamente retro, pese a los buenos resultados mostrados en la maqueta y el EP que lo precedieron. Por fortuna, este álbum debut incluye una colección de canciones sorprendentemente variadas y logradas, trabajadas hasta el último detalle, que hacen que su estilo antiguo y sin florituras cobre nueva vida. Riffs y ritmos pausados, teclados llenos de malignidad y una voz que por fin encuentra el tono adecuado son los sencillos ingredientes empleados para elaborar una fórmula que en otros grupos sonaría impostada, pero en este caso lleva una vida entera en la mente de sus creadores. A fin de cuentas, esto no es sino la continuación directa de lo que Ungod hacía a mediados de los noventa, algo bastante distinto de lo que han hecho posteriormente, por lo que este retorno a su naturaleza primigenia está plenamente justificado y encuentra su sitio también en la actualidad.


 Boarhammer - I: Cutting Wood for Magickal Purposes (Autoeditado) 

 Este grupo alemán de recentísima aparición ha conseguido en unos meses lo que Darkthrone intentó durante años: crear una síntesis de black metal primigenio y metal ochentero underground que suene antigua pero no forzada ni marcadamente retro. En este colorido mejunje hay cabida para influencias del metal viejuno más oscuro fusionadas con dejes heavies, punk y hasta rock/blues, sin que la cosa chirríe demasiado ni se vaya de madre al estar encauzada de forma natural y espontánea. Todo encaja sorprendentemente bien en esta peculiar maqueta que presenta una increíble densidad de contenido para sus menos de 30 minutos de duración. El secreto es que no copia nada en concreto, sino tan sólo el espíritu, y por eso suena familiar sin oler a rancio.


 Cambion - Conflagrate the Celestial Refugium (Lavadome Productions) 

 Este espectacular debut suena como los Angelcorpse de la mejor época (finales de los noventa), con un death/black potente y súper veloz provisto de riffs ingeniosos y una furia inagotable. A esto se suman además virguerías guitarreras más propias del shredding que del metal extremo al uso, que no obstante encajan tan bien en el conjunto como lo hace la última canción larga instrumental, testimonio de la gran habilidad de estos músicos. Los puntos flacos se encuentran quizá a nivel de las transiciones, en las que el ritmo se ralentiza y la canción recupera el aliento, pero al mismo tiempo queda encauzada de una forma excesivamente convencional, en lugar de forzar para ir más allá en la extremidad. Las voces también son un poco flojas, si uno tiene en mente los berridos de Pete Helmkamp, pero en general este es un fantástico álbum y un impresionante asalto de death/black inmisericorde al más alto nivel.


 Concrete Winds - Nerve Butcherer (Sepulchral Voice Records) 

 Hace casi dos años destacamos en estas páginas a este grupo por haber tenido la originalidad de retomar como influencia principal a Necrovore, adoptando el estilo proto-death machacón y primitivo de dicha formación estadounidense para modernizarlo y conferirle un nuevo ímpetu y una identidad renovada en canciones muy breves pero increíblemente variadas. En este segundo asalto, los finlandeses nos traen una nueva embestida de metal carnívoro y ultraveloz en la misma onda, pero con mejor producción y mayor control de todos los elementos en juego. La diferencia no salta a la vista a la primera, principalmente por lo limitado de la fórmula de partida, y el efecto sorpresa ya ha dejado de funcionar, pero lo que sí se consigue es afianzar lo esbozado en el debut y sistematizarlo con mayor firmeza y dominio.


 Evil Damn - Necronomicon (Hells Headbangers Records) 

 Tras casi veinte años de existencia, aquí llega el primer álbum completo de esta veterana formación limeña, de la mano de nada menos que Hells Headbangers. En él encontramos el típico estilo sudamericano que se remonta a Sepultura y Sarcófago, interpretado de forma potente, variada y con gran pericia instrumental. La música de Evil Damn está realmente bien hecha, e incluso deja algo de espacio para cierto desarrollo formal que va más allá de lo previsible, especialmente en el largo tema homónimo, aunque en el fondo no se despega demasiado de lo que ha hecho durante lustros un grupo como Mortem, lo que va en paralelo con la temática escogida, que tampoco es excesivamente original. A pesar de ello, el esfuerzo ha dado sus frutos, y este disco no solamente marca el punto culminante de una larga trayectoria, sino que también constituye una soberbia pieza musical por sí mismo.


 Galvanizer - Prying Sight of Imperception (Me Saco Un Ojo/Everlasting Spew) 

 Segundo disco completo de este grupo relativamente joven, que mezcla Autopsy con Demilich y toques de grindcore en una fórmula que suena muy bien pero no está del todo depurada. Sus distintas influencias provenientes de la escuela sueca y finlandesa constituyen todo un compendio de estilos de death metal nórdico, pero aquí se presentan de una manera excesivamente fragmentaria como para causar una verdadera impresión global. Está claro que aquí hay mucho potencial tanto en términos de estilo como de ejecución, tan sólo falta terminar de desbastar el material y darle un verdadero toque personal. Estaremos atentos al futuro de esta formación, como hacemos con todas las que publican obras aún incompletas pero claramente prometedoras.


 Hyperboreus - Fighting with God (Autoeditado) 

 Este modesto debut constituye una verdadera anomalía: un disco de death metal progresivo que no es flojo ni pretencioso, ni está sobreproducido, y proviene del lugar más insospechado, la capital de Ucrania. El dúo que lo firma practica un death metal disonante y deconstruido que permite una amplia experimentación formal sin perder nunca el músculo ni la agresividad. La batería programada y la áspera producción casera se convierten casi en un plus, al dotar al conjunto de una mayor frialdad y distancia acordes con el tono extraño y sombrío de las historias que aquí se presentan. Bebiendo de fuentes como Gorguts o Immolation, Hyperboreus simplifica y reconstruye sus influencias para hacerlas suyas en un álbum tan personal como sorprendente.


 Savage Deity - Decade of Savagery (Inhuman Assault Productions) 

 Savage Deity es un grupo tailandés de –relativamente– nueva hornada que retoma el estilo de los grupos de death metal que siguieron fielmente la estela de Slayer, como Massacra, Mortuary o Sadistic Intent. Su música suena como el death metal más antiguo, muy anclado aún en el thrash y caracterizado por ritmos rápidos y omnipresencia de riffs en trémolo. En consecuencia, las estructuras son relativamente sencillas, pero se compensan por lo brillante de la ejecución y la sensación de velocidad y poder permanentes. Claramente este disco no inventa nada nuevo, y de hecho se remonta prácticamente a los lejanos orígenes del subgénero en que milita, pero lo hace tan bien que merece ser disfrutado por lo que es.


 Sijjin - Sumerian Promises (Sepulchral Voice Records) 

 Acompañado por sus dos adláteres guipuzcoanos, Malte Gericke nos ofrece el primer álbum de su nuevo proyecto, que reinterpreta el estilo de su grupo anterior en clave thrash metal. Esto quiere decir que a la atmósfera envolvente se une un dinamismo revitalizado, manteniéndose eso sí la misma fijación, siempre bien orientada e informada, con el esoterismo oriental. Sin embargo, al ser un formato más directo y ligero, se pierde algo de la densidad que caracterizaba la propuesta tan old school como marcadamente personal propia de Necros Christos. Aun así, Sumerian Promises es un disco fabuloso que retoma el estilo clásico de la mencionada formación, ya desaparecida, desde un enfoque distinto pero indudablemente fresco y original.



Los suspensos



 1914 - Where Fear and Weapons Meet (Napalm Records) 

   -PREMIO DEL AÑO A LA COMERCIALIDAD-  

 Si hay algo especialmente odioso en el metal son los grupos con disfraces temáticos. Esta formación que hasta hace poco nadie conocía está ahora por todos lados: lo que tiene que a uno lo fiche un sello como Napalm Records. Además de vestirse de soldados de la I G. M. y hacer un uso tan extenso como convencional de samples y demás parafernalia, estos ucranianos se caracterizan por escribir letras súper bobas que intentan simular el estilo de las cartas escritas desde el frente, algo parecido a lo que hacían Hail of Bullets, otro grupo mediocre que al menos tenía el mérito de reunir a un puñado de personalidades selectas de la escena holandesa de death metal. Esto en cambio es mucho peor, porque la música es black metal genérico totalmente plano que utiliza por sistema estructuras simplonas del rock, más o menos como toda la bazofia que edita su sello. Seudo-black metal de consumo rápido con disfraces y letras tontas, ¿quién querría otra cosa por Navidad?


 Baest - Necro Sapiens (Century Media Records) 

   -PREMIO DEL AÑO A LA SUPERFICIALIDAD-  

 Hay algo peor que el old school death metal genérico y diluido, y es el OSDM genérico y diluido subvencionado por un sello grande para venderlo al por mayor. En teoría aquí tenemos death metal de verdad, al menos a juzgar por la superficie. Pero si rascamos un poquito veremos cómo todas las canciones, por lo general bastante breves, corresponden a una estructura simple y reiterativa más propia de un heavy metal o hardcore punk domesticados. No hace falta siquiera fijarse en que se trata de un grupo muy reciente que casi desde el primer día ha tenido detrás una enorme maquinaria publicitaria, o en las pintas que gastan sus miembros, que podrían tocar perfectamente cualquier otro tipo de música guitarrera más mainstream. Basta y sobra con escuchar lo vacía, simplona y acomodaticia que es la música para identificarla como el reclamo comercial seudometalero que es.


 Cadaveric Fumes - Echoing Chambers of Soul (Blood Harvest) 

 A diferencia de Venefixion, grupo con el que parecen estar muy vinculados, estos bretones acaban de sacar un álbum debut que resulta incompleto y decepcionante, a pesar de anteriores publicaciones prometedoras aunque igualmente imperfectas e incompletas. El material de base es bueno, el problema es que no es suficiente para llenar un larga duración, por lo que la mayor parte se compone de pasajes a medio tiempo y transiciones que marcan la atmósfera pero sin llegar a arrancar ni presentar nada realmente tangible. A menudo las canciones se resuelven simplemente repitiendo la frase principal con una percusión reforzada, un recurso simplón donde los haya que resta muchos enteros a lo que de por sí no tiene demasiados. Es una pena, porque el grupo siempre ha tenido potencial y ha sonado diferente, aunque quizá el hecho de que se acabe de disolver es lo que explica que este disco haya salido a medio hacer.


 Funeral Mist - Deiform (Norma Evangelium Diaboli) 

 Empecemos por lo positivo: este es sin duda el mejor disco de Funeral Mist en casi 20 años, aunque por otro lado eso no era demasiado difícil, porque los dos anteriores fueron mamotretos sonoros infumables sin apenas riffs ni contenido. Aquí hay buenos riffs melódicos, otros agresivos y un intento de dar dinamismo a las canciones en un conjunto que se deja escuchar bastante bien. El resultado, no obstante, es una versión descafeinada de lo que podía escucharse en su debut Salvation (2003) que, con sus excesos inherentes, al menos sabía lo que quería contar y tenía cierta idea de cómo hacerlo. En este nuevo álbum parece que de lo que se trata es de hacer black metal por el mero hecho de seguir haciéndolo, sin más consideración ni objetivo. Eso hace que apreciarlo de veras resulte un tanto complicado, a pesar de los rasgos positivos de la superficie.


 Grave Miasma - Abyss of Wrathful Deities (Sepulchral Voice Records) 

 El segundo álbum de este conocido grupo londinense ya no es tan exageradamente atmosférico ni tan disperso como otras publicaciones previas, lo cual es de agradecer. Sin embargo, sigue sufriendo la misma dificultad para crear canciones destacables o sencillamente recordables. Los riffs son algo más concretos que otras veces, pero no dejan de ser simples recursos rítmicos que rellenan, sin hacer avanzar la acción, en canciones en las que parece que no pasa nada y, peor aún, que muestran gran semejanza entre ellas, lo que hace que no se sepa bien dónde acaba una y dónde empieza la siguiente. El eterno problema de la duración vuelve a emerger también, con pistas excesivamente largas para el escueto contenido presentado. ¿Tal vez con un tercer disco completo llegará la vencida?


 Graveland - Hour of Ragnarok (Inferna Profundus Records) 

 Aquí tenemos el primer álbum completo y original de Graveland, exceptuando discos regrabados y directos, desde el año 2013. La espera ha sido larga, pero lamentablemente no se ve recompensada. Para empezar, la producción es incomprensiblemente clara, con teclados muy nítidos y demasiado altos en la mezcla, lo que da la impresión de estar escuchando una banda sonora, a lo que se suma una batería que parece una lavadora vieja. Por otra parte, los temas no son demasiado memorables, avanzan a medio gas, y en un par de ocasiones Darken hace un intento de cantar en limpio, con terribles resultados. De hecho, la mejor canción de todas con diferencia, que es la última, es una versión de un disco anterior ("River of Tears"). Si hay alguien a quien no vamos a reprender por un desliz en su trayectoria artística es a Rob Darken, pero precisamente por eso sabemos que puede sacar algo mucho mejor, cosa que sin duda volverá a hacer tarde o temprano.


 Haenesy - Garabontzia (Purity Through Fire) 

   -PREMIO DEL AÑO A LA INTRASCENDENCIA-  

 Este grupo húngaro con nombre de coñac tiene una forma de componer que quizá pocos metaleros sean capaces de reconocer: al emplear un par de melodías por tema que se repiten en alternancia sobre una percusión intensa y constante, su estilo se asemeja mucho al del uplifting trance que un servidor escuchaba cuando era adolescente. El resultado es música muy animada y emocional, pero que por su simpleza y monotonía acaba siendo plana e intrascendente, más o menos como toda la música trance unos meses después de haberla descubierto. Hay también partes más tranquilas que tiran de post-metal lánguido, pero en el fondo ambas facetas son las dos caras de una misma moneda que concibe el metal como un subgénero del pop/rock un poquito más ruidoso y gritón, pero igual de trivial.


 Hagel - Veneration of the Black Light (Personal Records) 

 Tras una efímera primera época durante los años noventa y una verdadera consolidación durante los últimos años, este grupo regiomontano (fabuloso gentilicio) saca por fin su álbum debut. El estilo es una mezcla de las variantes de black metal melódico griego (a lo Rotting Christ) e italiano (a lo Abhor) que de primeras suena demasiado familiar, lo cual unido a los ritmos lentos y la suavidad de la batería redunda en una impresión excesivamente lánguida y exangüe. No obstante, la falta de originalidad no debe hacernos pasar por alto una colección de canciones bastante bien armadas, ejecutadas por músicos relativamente competentes, empezando por el vocalista. No es este un disco que podamos puntuar demasiado alto por las razones mencionadas, pero sí ofrece una escucha bastante agradable y gratificante.


 Iotunn - Access All Worlds (Metal Blade Records) 

 No es mi intención descalificar este disco, más bien al contrario. Si este título aparece aquí es principalmente porque me permite señalar dos puntos importantes. En primer lugar, la confusión que reina en la clasificación de géneros, tanto a nivel de sellos como, cosa mucho menos comprensible, entre la crítica y los fans. No tiene sentido llamar a esto “progresivo” sólo por tener canciones de más de 10 minutos, como tampoco lo tiene llamarlo “death metal” porque haya unos cuantos rugidos o “space rock” porque las letras y la portada remitan al espacio. Cualquiera que haya aprobado primero de heavy debería reconocer aquí una versión modernizada de Crimson Glory, bastante lograda por cierto y, por tanto, un power metal de manual, aunque sea del siglo XXI. Por otro lado, que un disco de heavy metal remozado pero canónico como este acapare tantísima atención y elogios, pese a ser merecidos, nos revela que el gran público metalero está tan acostumbrado a la mediocridad que cualquier cosa medio decente le parece una suprema obra maestra, lo cual resulta un poco triste. Consolémonos no obstante con el álbum, que está bastante bien.


 Kõdu - Unusta kõik (Nigredo Records) 

 Aquí tenemos el álbum debut de un nuevo grupo estonio de black metal que hace buen uso de la disonancia, generando contrastes mediante riffs cromáticos sólidos en canciones breves pero bien hiladas, nutriéndose también parcialmente de influencias algo más convencionales. Como suele ocurrirle a los grupos noveles, en lugar de filtrar estas influencias e incorporarlas a una fórmula unitaria, las presentan casi sin procesar, de manera que resultan excesivamente identificables, lo que redunda en un disco demasiado disperso. La propuesta en sí es prometedora, pero habría tenido más sentido sacar este material como maqueta o EP sobre los cuales poder trabajar después, porque como álbum completo no se sostiene tanto.


 Leprous - Aphelion (InsideOut Music) 

 Quien piense que va a leer a continuación una sarta de improperios y descalificativos frontales se equivoca por completo. Este cronista considera que es algo muy positivo que este grupo haya salido del armario del metal, como ya hizo Alcest en su momento, para abrazar sin miramientos el rock que siempre ha querido hacer, tras años de flirteos estériles con el metal extremo. En las escuelas de música nórdicas parece ser asignatura obligada el comenzar como grupo metalero, y Leprous no es otra cosa que una formación salida de un conservatorio, con más talento interpretativo y práctica que auténtica visión creadora. Lo que es incomprensible es que este disco siga siendo catalogado como metal por crítica y público y que, aún peor, se lo considere la vanguardia o la vertiente hacia la cual debe dirigirse el metal, cuando en realidad tiene más de pop/rock e incluso de R&B que de cualquier otra cosa, con canciones sobreproducidas centradas siempre en la emocionalidad de la voz. Con este nuevo álbum, Leprous sigue la vía de artistas como Muse o Antony and the Johnsons, y hace muy bien, porque es lo que mejor se le da, pero esto no tiene nada que ver con el metal ni mucho menos es el camino a seguir para el género.


 Passéisme - Eminence (Antiq Records) 

   -PREMIO DEL AÑO A LA CLONACIÓN-  

 La corriente medievalista parece haber creado escuela mucho más allá de los confines de la Europa Occidental, y en los lugares más insospechados surgen grupos que buscan emular el espíritu de los siglos oscuros. A pesar de su presentación netamente afrancesada, esta nueva formación es oriunda de Nizhny Novgorod, en la Rusia europea, y muestra una indudable destreza a la hora de convertir melodías medievalizantes en riffs ágiles y potentes. El problema estriba en que no va más allá de eso, por lo que sus canciones son muestrarios de dos o tres riffs combinados y repetidos una y otra vez, que nunca se llegan a utilizar para un desarrollo un poco más vasto y profundo. Se agradece que en este caso los interludios y samples se reduzcan al mínimo, pero la falta de contenido y entidad es flagrante. Más que una propuesta realmente sólida, esto parece la franquicia de Antiq Records en Europa del Este, vagamente similar a sus grupos más destacados (como Véhémence o Ascète) pero, en el fondo, una mera sombra del producto original.


 Proscriptor McGovern’s Apsû - Proscriptor McGovern’s Apsû (Agonia Records) 

 Una vez finalizado el culebrón que terminó por dar al traste con la formación anterior, Proscriptor regresa con un nuevo nombre que parece el de un restaurante de comida rápida y un disco que cierra la última trilogía de variaciones sobre el nombre de Absu. Como en los álbumes más recientes, la diferencia con la etapa clásica es abismal, y a pesar de las buenas ideas y los riffs aún mejores, todo está montado y ejecutado con una falta de estructuración tan pasmosa como la velocidad sideral que se mantiene en permanencia. Cualquier músico de metal debería saber que una tensión constante equivale a una ausencia de tensión, y más uno experimentado, pero si además los riffs conectan entre sí pero las distintas partes no lo hacen, no sólo no se construye nada, sino que el conjunto acaba siendo tan epiléptico como agotador. El resultado es un disco interesante en el aspecto formal y técnico, que no es ni mucho menos de lo peor del año, pero sí algo totalmente disperso y estéril a efectos artísticos.


 Rivers of Nihil - The Work (Metal Blade Records) 

   -PREMIO DEL AÑO A LA MOÑEZ-  

 Grupos seudometaleros que resultan ser totalmente moñas los ha habido siempre, empezando por el nü metal de los noventa y dos mil, continuando a partir de 2010 con el metal hípster y terminando de un tiempo a esta parte con una corriente nueva que se reivindica como metal “progresivo” y pretende ir un paso más allá dentro del metal. Huelga decir que ese paso en realidad se da hacia atrás, porque supone un retorno al rock que lo asimila en todos los sentidos, tanto a nivel musical como en términos creativos y de mentalidad. Que un grupo como este toque bien o sepa hacer canciones más o menos variadas no debería engañarnos: esto es meter al rock por la puerta de atrás, cosa que los sellos grandes han intentado hacer con el metal extremo desde su aparición. Más allá de la mezcla de influencias dispares y de las técnicas del metal extremo empleadas como pinceladas exóticas sueltas sobre un fondo emocional perfectamente convencional, no hay ningún sentido ni intención más profunda que no sea conquistar el mercado del metal más comercial, cosa que al parecer este grupo ya acaba de conseguir.


 Stormkeep - Tales of Othertime (Ván Records) 

   -PREMIO DEL AÑO A LA IMPOSTURA-  

 Este es uno de los discos nuevos de 2021 que más he visto alabar, y lo abordé con verdadera curiosidad, pero el resultado no está a la altura. No se trata de la falta de habilidad de los músicos ni de la coherencia del material, sino de algo más sutil. Stormkeep hacen black metal con riffs melódicos bastante competentes, pero todo lo que los rodea está fuera de lugar: desde los teclados de videojuego para móvil y los interludios instrumentales estándar hasta los espantosos coros que uno ha escuchado ya cientos de veces en discos presuntamente épicos, la fórmula y la manera de disponerla remiten directamente al power metal comercial antes que a otra cosa, y probablemente a ello se deba su relativo éxito. Pero lo peor de todo seguramente sea la sensación de impostura derivada del trasfondo de los músicos y del enfoque RPG del asunto, que lo llevan a uno a pensar que esta música surge más del hecho de que hacer black metal pueda parecer “cool” que de ninguna inspiración genuina.


 Warmoon Lord - Battlespells (Werewolf Records) 

 Tras un lapso temporal increíblemente breve, este proyecto unipersonal de black metal regresa con un segundo álbum completo, en la misma línea conservadora pero altamente competente. Como en anteriores ocasiones, Warmoon Lord sorprende con unos riffs melódicos de guitarra muy logrados y bien utilizados en canciones llamativas y muy dinámicas, que emplean con gran eficacia los cambios de ritmo e intensidad. El problema es que, al igual que le ocurre a Vargrav, otra formación de características muy similares, las influencias siguen estando demasiado presentes y no se consigue la distancia necesaria y deseable con respecto a las mismas. Graveland, Emperor y otros grupos escandinavos de black metal melódico y veloz vienen de inmediato a la mente al oír cada una de las pistas, algo que este grupo tendrá que terminar de limar y asimilar si quiere aspirar a tener una personalidad realmente propia.





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