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MARZO DE 2016 - DISCO DEL MES:
SORCIER DES GLACES - NORTH (2016)


Sorcier des Glaces - North (Obscure Abhorrence, 2016)


 Aquí llega el primer disco comentado de este año 2016, que en su corta andadura ha visto aparecer varios álbumes dignos de mención, como los últimos de Master, Cirith Gorgor o Voivod, sin que ninguno de ellos sea, a mi modo de ver, lo suficientemente único como para dedicarle una reseña entera. Muchos habrán supuesto, tras la reciente publicación de una entrevista traducida, que North iba a ser el próximo título escogido, no obstante, a decir verdad, la decisión no ha estado clara hasta el último momento. En las primeras escuchas, me pareció el menos brillante de los discos de Sorcier des Glaces, probablemente por mi familiaridad con la fórmula, pero también debido a una deriva melódica en ocasiones más obvia y excesiva que en anteriores ocasiones. A medida que lo fui oyendo más veces, sus puntos positivos comenzaron a cobrar mayor importancia, hasta eclipsar los presuntos defectos identificados en el diagnóstico inicial, y he terminado por rendirme a la evidencia de que se trata de su trabajo más logrado hasta la fecha, en el que el paradigma clásico se impone con mayor rotundidad y existe una simbiosis perfecta entre contenido y continente. Esto es mucho decir, teniendo en cuenta que hablamos de un grupo surgido en los noventa que no tiene ningún disco malo, ni siquiera mediocre, y en los últimos años ha experimentado una escalada de actividad y calidad sin parangón en el panorama del black metal contemporáneo. Puede resultar paradójico que uno de los álbumes hasta ahora más interesantes de 2016 provenga de una formación que procura ceñirse al estilo más conservador y tradicionalista, pero el enigma se disipa si consideramos que las mejores obras surgen invariablemente de la inspiración y el trabajo duro, nunca de la pura y simple voluntad de innovar o epatar al común de los mortales. Sorcier des Glaces ha ido puliendo incansablemente, disco tras disco, su estilo y su sonido hasta llegar a esta versión depuradísima con la que ahora nos deleita, que sin duda estará a la altura de las expectativas más exigentes, aunque la primera impresión, como fue mi caso, pueda no hacerle justicia.


En ningún lado se mencionaba que la camiseta del pack sería blanca,
y a mí tampoco se me ocurrió preguntar...


 North perpetúa a grandes rasgos la misma fórmula que caracteriza a sus predecesores inmediatos, con una producción clara y luminosa, una o dos letras en francés (excepto en Ritual of the End) y un cover de otro grupo clásico, en este caso, los noruegos Obtained Enslavement. Se distingue sin embargo por su mayor vocación melódica, dentro de lo que siempre ha sido un proyecto ampliamente orientado a la melodía, en ocasiones hasta extremos excesivamente emotivos, pero siempre con una factura tan inmaculada que no resulta cargante. El estilo de Sorcier des Glaces, como de costumbre, es un black metal con clara base nórdica, trufado de influencias melódicas de los primeros grupos franceses, que convirtieron en virtud su aparente alergia a los teclados. La calidad del sonido es casi cristalina, algo poco común dentro del género, lo que en lugar de dejar al descubierto las carencias compositivas, como ocurriría con cualquier formación mediocre, permite percibir la cuidada aportación de cada instrumento individual, y transmite una sensación de fluidez muy agradable al oído. Por fortuna la agresividad no se ve comprometida en exceso, y las distintas pistas de bajo y guitarra, que coexisten sin llegar a superponerse, pueden apreciarse a la manera de un mosaico unitario compuesto por partes diversas y complementarias. A los épicos riffs largos con melodías bien tramadas que constituyen el ingrediente principal se une una técnica sencilla con un resultado espectacular: en lugar de teclados, para reforzar las melodías se emplea una multitud de capas de guitarra sincronizadas que, a la manera de las secciones de violines de las orquestas sinfónicas, brindan un sonido más amplio y denso sin escapar al mando único que dirige la narración. Por su parte, las voces son tan desgarradas y crueles como siempre, con una diversidad de tonos bien estudiada, y el grupo se permite algunas dosis de experimentación a través de pasajes un tanto inusuales (por ejemplo, algunas líneas de bajo) que encajan bien con el resto gracias a la habilidad patente de los músicos. Todo esto redunda en un disco que progresa con la misma naturalidad que las aguas de un arroyo al bajar de las montañas, con canciones que evolucionan siguiendo el curso de su propia vida.

 Una escucha atenta de este álbum permite rendirse a la evidencia de su excelente nivel compositivo. Sorcier des Glaces sabe construir temas perfectamente estructurados, con arquitecturas diversas y equilibradas, parones narrativos pertinentes, diestra instrumentación y una imagen sonora que se adapta como un guante a la temática tratada. La comparación con la música orquestal no es nada descabellada, ya que al igual que las sinfonías clásicas, el disco presenta movimientos largos con distintas partes, desarrollo y clímax, y a través de sus formas remite a la realidad naturalista que trata de emular. Un buen ejemplo de ello es el corte homónimo, que se abre de manera lenta y segura como lo hace una pieza clásica, desplegando largas frases melódicas de gran intensidad emotiva y tintes operísticos, con el mismo espíritu épico e indómito de sus antecesores más ilustres, como Emperor o Sacramentum. Otro aspecto importante, como hemos mencionado, es la adecuación de las letras a la música. Las canciones de Sorcier des Glaces evocan un mundo helado y postapocalíptico gobernado por un ente oscuro y malvado que aborrece a la humanidad por lo que fue y lo que hizo, una visión inequívocamente romántica y no exenta de relevancia en el mundo profundamente absurdo, egoísta y sin visión de futuro en el que vivimos. Las voces, sorprendentemente inteligibles, permiten adentrarse casi sin necesidad de echar mano del libreto en unas letras expresadas en un lenguaje claro y directo que, junto a la sencillez de las metáforas, hacen que el conjunto sea más vivo y completo. Más aún, la nitidez del sonido, la luminosidad de estructuras y melodías y el dinamismo interno traen a la mente la majestuosidad y el frío de los paisajes nevados y desérticos con la misma intensidad que las palabras. Música y mensaje se funden en una misma entidad con una coherencia que pocas veces se ha visto en el ámbito del black metal.



 Si hay que buscarle una pega a este todo tan logrado, lo más evidente sería apuntar a la versión escogida. El tema de Obtained Enslavement pertenece a aquella época de finales de los noventa en la que el black metal estaba tan desarrollado musicalmente que, a pesar de sus buenas intenciones, empezaba a irse por las ramas. La música de dicho grupo suena como un intento de acercarse a Edvard Grieg desde el metal, pero al centrarse en las melodías y los arreglos y perder de vista la composición, sus canciones no son conjuntos estructurados sino reiteraciones desordenadas de unos motivos que individualmente son hermosos pero carecen de finalidad global, y terminan pareciéndose más a la banda sonora de un videojuego que a una pieza que se sostenga por sí sola. North es todo lo contrario, pese a la semejanza superficial y a la manifiesta alegría con la que retoma una antigua influencia que sin duda fue muy inspiradora en su momento. La grandeza de este disco estriba en su éxito al crear algo nuevo, coherente y relevante, sólido en sus cimientos y liviano en su ejecución, sin necesidad de traspasar las fronteras rígidas y restrictivas de un género muy limitador. Esto es black metal puro bajo una nueva luz, ya que suena a los clásicos de toda la vida y al mismo tiempo a algo completamente nuevo, resultando así todo un triunfo del tradicionalismo, y logrando la cuadratura del círculo con un metal a la antigua que no deja de ser personal, novedoso y característico. Estamos probablemente ante uno de los álbumes del año, pero no sólo eso, también ante la prueba de que aún hay vida y terreno que explorar en el black metal, que a pesar de todos los clones y refritos que campan por sus fueros, todavía tiene algo interesante que decir.


Belisario, abril de 2016





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